Llegué a Hoi An a las 6 de la mañana, cuando recién empezaba el diluvio universal. No tenía nada reservado, como siempre, y no sabía ni dónde estaba. Empezar a buscar un hostal con esa lluvia no me apetecía demasiado, así que acepté la mejor oferta que me ofrecieron nada más poner un pie en Hoi An: un dormitorio de 7$ (Ai, cómo echo de menos los precios de Camboya) con desayuno (bufé) incluido.
Esperé a que cesara la lluvia mientras me hartaba a panqueques, tortilla, fruta, ensalada y cereales en el hotel. Esperé a que la lluvia aflojara mientras me reía de los turistas que, con un chubasquero, se lanzaban a caminar contra el viento. Oí que la lluvia se quedaría en Hoi An una semana, cogí mi chubasquero rosa (no, no hay fotos) y también me lancé a la calle en busca de un billete para Ninh Binh al día siguiente.
Había llegado hace unas horas pero Hoi An y yo aún no nos conocíamos. Sus callejuelas me atraparon y no me importó que en mis pantalones no cupiera ni una gota más de agua. Caminé por Hoi An sin mapa ni cámara de fotos, así que tendré que esforzarme para describirte esta ciudad.
Si has estado en Port Aventura será fácil para ti imaginarte Hoi An cuando te diga que sería el escenario perfecto de Vietnam. Si no has estado en Port Aventura, te podrás hacer una idea del centro histórico de Hoi An imaginándote un montón de casitas amarillas con tejados enmohecidos y separadas por pequeñas calluejelas. Imagínate también tiendas de recuerdos y restaurantes y, de fondo, un hilo musical: cualquier música que te suene a extremo oriente. Esto es Hoi An, y, aunque muchas veces me he quejado en este blog de la personalidad, para mí, insoportable de las ciudades extremadamente turísticas, tengo que confesar que, a pesar de la lluvia, el viento, las tiendas de recuerdos, los restaurantes, los grupos de turistas, las entradas para entrar en los templos… Hoi An me pareció encantadora.
Me gustó imaginarme formando parte de una película de época mientras paseaba por sus calles. Me gustó también encontrarme por la noche a Hoi An decorada con faroles de colores. Y me gustó aún más recorrerla sin mapas y sin cámara, sin pensar en cómo fotografiarla. Me gustó no haber visto imágenes de la ciudad antes de llegar a ella, llevarme una sorpresa al salir del hotel con un simple chubasquero y no desear volver aunque cayeran cubos de agua desde el cielo.
Es una pena que nos hubiéramos conocido en esas circunstancias. Llegué a dudar de mi decisión de marcharme al día siguiente, pero el tiempo no parecía mejorar, sobretodo cuando al día siguiente me desperté y encontré la calle así:
A causa de las inundaciones se anularon los autobuses que viajaban hacia el sur de Vietnam. Yo iba hacia el norte, pero mi hotel se encontraba en medio de la zona inundada y el autobús no podía recogerme. Para salir de Hoi An tuve que ponerme otra vez el chubasquero rosa, cargar la mochila y apañármelas para encoger mis pantalones hasta los muslos (no, no hay fotos de esto tampoco). Después de caminar unos 15 minutos por la calle inundada, perderme y preguntar la dirección a los locales que me miraban divertidos desde sus casas, llegué a la estación de autobuses.
Ahora estoy en Ninh Binh, en un dormitorio de 3$ la noche y no he visto ninguna gota de lluvia. En esta ciudad no hay tiendas de recuerdos, ni faroles, ni suena música en las calles; pero hay niños que saludan de camino a la escuela y agencias de turismo que aún no han aprendido cómo estafar a los turistas: un chico, después de decirle que su billete a Cat Ba me parecía caro (400.000 dongs), me ha recomendado que cogiera el autobús público, «solo son 90.000». Es la primera vez en todo el viaje que una agencia turística me explica cómo llegar a los sitios como un local. Evidentemente, me he quedado sin palabras, tal y como dicen que me quedaré mañana, cuando alquile una bicicleta y recorra los alrededores de Ninh Binh.
hola irene yo vivo en una zona que si llueve mucho. se inunda no queda otra que usar botas de goma hasta la rodilla . un abrazo
M’alegro que hagis pogut sobreviure a les plujes i que estiguis bé, malgrat tot. Jo no suportaria anar caminant amb l’aigua que t’arriba fins als genolls. Ets molt valenta Irene! Espero que ja no et trobis amb tantes inundacions a partir d’ara. Ens recordem de tu en el grup i et trobem a faltar les teves rialles 🙂 Properament com en són d’artistes cosint les teves amigues …. 🙂
Una abraçada!
No és per tant. És només aigua 😉
Ya has hecho un curso de supervivencia en inundaciones! Espero ir a Vietnam el año próximo, espero no tener que pasar por lo mismo, pero si no me acordaré de este post jejeje- Saludos!
Si no vas en época de lluvias estás a salvo 😉
Miro las imágenes y noto demasiada tranquilidad en los rostros de las personas. Acá llueve unos milímetros y estamos todos histéricos ajaja!
Saludos
@elchuecodeviaje
http://elchuecodeviaje.wordpress.com
Están muy acostumbrados. Además de que ya son tranquilos de por si.
Hoi An es bellísimo, es una pena que no hayas podido disfrutarlo al máximo debido a la lluvia. Yo fui en buena temporada y, aún así, por las noches, el riachuelo que atraviesa el pueblo se crece hasta inundar las calles aledañas. No quiero imaginar cómo fue entonces cuando tú estuviste por ahí. En fin, a lo mejor puedas regresar otro día. Saludos desde México.
¡Pues el riachuelo un poco más y se convierte en océano! Hoi An me parecioó un lugar muy curioso. El tiempo fue una pena…
¡Un saludo!
Cuanta aigua!!!! Un post mol mullat, quasi ens entra a casa!! El link al video no funciona.
El video pot donar problemes, sí, però és l’única manera que he trobat de pujar-lo. Ho sento!
Guapíssimes les fotos! Si t’he de ser sincer, em fas enveja, tot el que vas ensenyant és com una aventura irrepetible. Aquests dies hem estat parlant de tu per casa i amb l’Ara, a veure com t’hauria anat amb les plujes, veig que com sempre, trobes la millor part de tot. Una abraçada i que tot vagi molt bé!
PD: QUè feia realment l’home aquell transportant maons? :O Sembla que vulgui aixafar l’aigua…
És una aventura irrepetible! No us preocupeu per mi, he sobreviscut 😉
I el que feia l’home, sempre serà un misteri.
La foto de la swimming pool es genial. Lástima que no pudiste disfrutar a gusto de Hoi An, lo conozco y es un pueblo muy interesante, además de bonito y fotogénico. Cuando yo lo visité, en el mes de noviembre, había poquísimos turistas y se estaba muy a gusto, nadie te molestaba.
Tenía que hacer esa foto jaja La verdad es que había poca gente en las calles y los vendedores no atosigaban, pero supongo que fue pornel tiempo, porque los hoteles estaban llenos de gente.