Los dos dias de viaje por el Mekong hacia Luang Prabang fueron una buena introduccion al ritmo de Laos. Desde entonces parece que todo lo que quiero hacer es tomarme la vida como los laosianos: con tranquilidad. Las seis horas en bicicleta por los alrededores de Luang Prabang fueron una excepcion, una urgencia de mis piernas por deshacerse del agarrotamiento del barco. Si he vuelto a dar muestras de actividad ha sido para ahorrarme algunos kips, como por ejemplo caminar desde mi dormitorio en el centro de Luang Prabang hasta la estacion de autobuses.
Pero los cuatro dias sin internet y con escasa electricidad en el norte de Laos insuflaron una dosis extra de narcolepsia en mi metabolismo. De nada sirvio que madrugara para estar puntualmente a las ocho en la estacion de autobuses de Luang Prabang porque el autobus a Nongkhiaw se retraso una hora. De nada sirvio que a las dos subiera a la barquita hacia Muang Ngoy porque no partio hasta las cuatro. Y no me importo. Me contagie de la tranquilidad del puerto de Nongkhiaw, de los vecinos reunidos frente al quiosco y de la cocinera preparandome parsimoniosamente un bocadillo mientras vigilaba a los ninos jugar. Habia entrado en el ritmo de Laos y durante mis dias en Muang Ngoy me quede atrapada en el.
Durante cinco dias no tuve otra ocupacion que relajarme en una hamaca con vistas a unas de las tantas montanas espectaculares del norte de Laos; y caminar. A pocas horas a pie de Muang Ngoy se llega a pueblos donde es facil creer que el tiempo se ha parado, si no fuera por las enormes antenas de television que asoman en las terrazas de algunas cabanas. Alli la vida es sencilla y la rutina esta marcada por las horas de luz. Cuando aparecen los primeros rayos de sol los ninos comienzan a pedir arroz. Las mujeres se levantan para ocuparse de la casa y los hombres desaparecen en el bosque para intentar mejorar la suerte del dia anterior y cazar esta vez a ese cerdo que ayer hirio a su perro. Durante el dia los ninos que aun no van al colegio se entretienen fabricando sus propios juguetes (si es que no llega un farang con algo mejor); y al anochecer, cuando sus padres vuelven del bosque otra vez con las manos vacias, se van a dormir. Manana sera otro dia. Quizas alguien del pueblo tendra suerte en su caza y seguramente en la cabana de al lado dormiran otros farangs con los que entretenerse.
La vuelta a Luang Prabang no fue traumatica: el autobus de las 8:30 salio a las 9:30 y, al llegar, las mujeres seguian ocupandose de sus casas mientras los hombres salian a cazar turistas con sus tuk tuks. Quizas una de las pocas diferencias era la electricidad en las calles y el wifi en los hostales. Todo lo demas seguia moviendose al ritmo de Laos.
Qué guay, Irene, yo quiero estar en esa hamaca… Me encanta lo que escribes, y qué bien dibujas!!!, no conocía esa faceta tuya, eres una artista…
Muchos, muchos besos
Silvia!! Que ilusion que te pases por aqui! Gracia spor tus bonitas palabras. Espero que Barcelona te este tratando bien.
Muy buen relato, Irene! Paz y tranquilidad, qué más puede pedir un viajero? Saludos!
Laos han sido unas excelentes vacaciones durante el viaje 😉
Quina tranquilitat!! Com aqui ….
Segur que gaudeixes mes del temps que estas als llocs, observes i ets observada.
Hola Irene, ara feia dies que no et llegia. He anat una mica liada però ara ja sóc aquí 🙂
M’alegro que t’ho estiguis passant tan be per Àsia i Laos.
Els teus posts són molt agradables de llegir pq mentre ho has et vas imaginant les diferents escenes i situacions que expliques. 🙂
El que no he entès exactament és que són els «farangs».
Nosaltres per aquí tot mb i cada dia estem millor en el nostre niu 🙂 Ja està tot ple de coses decorades, jeje
Ens parlem en el proper post 🙂 Una abraada!!
farang es la paraula que utilitzen a Tailandia i Laos per referir-se als estrangers, pero literalment significa frances.
Espero que segueixi anant be la decoracio del pis!
Gràcies per l’aclaració Irene! Desprès hi vaig caure que potser volia dir això, jeje! Si, l’hauries de veure el pis tu que casi el vas veure buit doncs ara ja està tot ple de cosetes. Quan tornis algun dia ja el veuràs!! 🙂