La idea de un viaje en bici suele ser un sueño romántico que un buen día se instala en tu cabeza y, poco a poco, va arraigándose hasta que te sientas frente el ordenador y buscas en internet: «Cómo organizar un viaje en bici».
En el buscador aparecen centenares de resultados con diferentes consejos técnicos sobre aquello que un buen cicloviajero debe tener en cuenta para preparar su viaje. Pero todo ello solo aumenta todas esas dudas que habían comenzado a aparecer en tu cabeza, y toda la información que vas recopilando hace que te plantees si el papel de jinete cabalgando un caballo de acero con ruedas te va un poco grande.
Comienzas a apuntar los materiales que necesitarás y haces malabares con el presupuesto. Y mientras te imaginas lo feliz que serás pedaleando entre prados de amapolas, te asaltan dudas sobre si vas a sobrevivir al viaje sin un culotte y sin guantes, si deberías comenzar un plan de entrenamiento previo al viaje, si vas a soportar la soledad, si va a ser duro, si la lluvia será para tanto…
Por lo menos estas son las dudas que me asaltaron a mí y que fui resolviendo poco a poco antes y durante el viaje.
Me habría gustado que alguien me contara con sinceridad lo que supone viajar en bicicleta y, de hecho, alguien lo hizo cuando me dijo:
Como creo que esta frase es un buen resumen de cómo debería organizarse un viaje en bicicleta, no es mi intención en esta entrada escribir otra lista de los materiales y recursos que necesitas para viajar en bici. Solo quiero ofrecerte unas pinceladas de lo que vas a encontrar por el camino y quitarte de la cabeza algunas preocupaciones inútiles que solo añadirán peso a tus alforjas.
No necesitas estar en tu mejor forma física para emprender tu primer viaje en bici
Vas a ponerte en forma durante el camino, y te sorprenderá ver cómo durante el viaje vas aguantando mejor las subidas y eres capaz de hacer más kilómetros al día.
No voy a ser una ingenua y decirte que un ciclista aficionado va a tener las mismas dificultades físicas que una persona sedentaria. Sin embargo, cualquier persona sana que empiece un viaje en bicicleta va a ir adaptándose al viaje sin necesidad de obsesionarse con un plan de entrenamiento previo.
Solo es cuestión de ser realistas y de no marcarse objetivos absurdos, como pedalear cien kilómetros diarios o empeñarse en llegar a la cima sin bajarse de la bicicleta.
Tampoco necesitarás ni la mitad del material técnico que crees que necesitas
En una carretera de Asturias me crucé con un ciclista que estaba haciendo el Camino de Santiago junto a tres amigos. Iba vestido con un maillot lleno de estampas de patrocinadores, pedaleaba una buena bicicleta de carretera equipado con un buen culotte de silicona. Vestía también guantes y unas gafas para cualquier tipo de tiempo y cargaba unas alforjas muy ligeras.
Me comentó lo mala que era mi bici, los problemas que me daría, lo cargada que iba, lo loca que estaba por hacer eso sin el equipo adecuado y sobre todo por hacerlo sola. Seguramente tenía razón en todo pero, aunque reconozco que él hacía más kilómetros que yo al día, mi equipo «inadecuado» me llevó hasta Lisboa.
Quizás pienses que un viaje en bicicleta necesita un buen equipo técnico. Leerás recomendaciones en internet sobre las mil y una cualidades técnicas que la bicicleta debe tener. Te recomendarán llevar guantes, buenos culottes, una decena de herramientas, ropa técnica y un largo etcétera. Pero la realidad es que para hacer un viaje en bicicleta solo necesitas una bici. Nada más.
Todo lo que añadas a tu equipaje solo hará que tu viaje sea más o menos cómodo, y con eso no quiero decir que cuanto más preparado vayas más fácil será tu viaje. Cargar con un equipo técnico que no utilizas ni sabes cómo usar, añadirá unos kilos inútiles de más en tus alforjas.
Debes valorar qué tipo de viaje vas a hacer, por dónde vas a pedalear y cuál es tu preparación, y a partir de ahí sacar tus propias conclusiones sobre el equipo que necesitas.
Conozco gente que ha comprado una bicicleta por menos de 50 euros y con una mochila a la espalda ha recorrido el norte de Vietnam, otros viajan con una bici holandesa y alforjas hechas con bidones de agua, y hay quien prefiere invertir en una buena bicicleta y en material técnico de calidad. Todas las opciones son buenas y cada una va a hacer que el viaje sea distinto.
Te preguntarás por qué estás haciendo esto (o por qué te estás haciendo esto)
A veces la imagen de los cicloviajeros está asociada a la romántica idea de los jinetes del oeste, que recorrían en solitario largos kilómetros por lugares aún no demasiado deformados por la mano del hombre.
Hay algo de cierto en ello, pero esos aspectos del viaje en bici es más fácil distinguirlos desde el sofá de tu casa, escuchando las historias de otros cicloviajeros y cotilleando sus álbumes de fotos.
En la realidad, el jinete que pedalea su caballo de hierro tiene que luchar por cada kilómetro recorrido. Hay días buenos y hay días malos; hay días en los que las cuestas parecen insuperables y otros en las que te sorprendes de lo rápido que has atravesado la sierra. Todo eso hace que un viaje en bici no sea tan diferente a la vida.
Y como en la vida, habrá momentos en que vas a pasarlo mal. Las fotos de bicicletas cargadas con alforjas en medio de un paisaje idílico están muy bien, pero no olvides que el camino hacia ese paisaje no aparece en la foto y puede que este haya sido un auténtico calvario.
Vas a pasar frío y calor, vas a tener que empujar la bicicleta en medio de caminos embarrados cuando ya no te quedan fuerzas. Vas a perderte, vas a sufrir problemas técnicos cuando menos te lo esperas y alguna vez pensarás en tirar tu bicicleta por un barranco.
Todos los problemas tienen solución
Ya te he dicho que vas a tener problemas técnicos, ¿verdad? Pero no te preocupes demasiado por ellos. Esos problemas tienen solución.
En realidad cualquier problema que surja por el camino lo tiene. No olvides eso, porque los problemas, en cualquier viaje y sobre todo en un viaje en bici, van a surgir en el momento más inadecuado y cuando menos los esperas, pero el primer paso para solucionarlos es simplemente recordar que tienen solución.
Vas a tener que acostumbrarte a la soledad
Si vas a viajar en bici en solitario, prepárate para pasar mucho tiempo sin más compañía que la tuya.
Puede que al final hasta le acabes poniendo nombre a tu bicicleta y que te enfades con ella cuando surjan problemas, o la felicites cuando lleguéis al destino sin ningún problema técnico por el camino. (No te preocupes, no son síntomas de locura. Mi bicicleta se llama Antònia y cuando algo va mal es la primera en aguantar mi mal humor).
Aún así, vas a echar de menos compartir con alguien los buenos momentos, pero sobre todo los malos. Es estresante encontrarte en medio de un problema y darte cuenta de que vas a tener que solucionarlo por tu cuenta, pero cuando esto pase, recuerda lo que te he dicho en el punto anterior y también lo que te voy a decir a continuación.
No va a ser un viaje solitario
Vas a conocer a mucha gente.
Los locales u otros viajeros tendrán curiosidad por lo que estás haciendo y puede que una simple pregunta sobre si estás en la dirección correcta, sobre el tiempo o sobre cuál es el mejor lugar para acampar, te lleven a una conversación interesante con un desconocido, a una invitación para comer o incluso a pasar la noche en el sofá de una casa.
Incluso cuando surjan los problemas siempre habrá alguien que responderá a tu llamada de ayuda y hará de tu problema el suyo. Los ángeles de la guarda están en todas partes.
Todo va a ir bien
Puede que a veces pienses que en el sofá de casa se vivía mejor y que los quebraderos de cabeza y el miedo no merecen la pena. Quizás creas que estás haciendo el ridículo sobre una bicicleta cargada de equipaje y que viajar en bici no es tan romántico como creías.
Pero cuando el camino del calvario haya pasado y estés pedaleando por ese paisaje idílico que tanto has imaginado, te olvidarás de la soledad, de los kilos de más o de menos; de la falta de aire en las subidas, del calor, del viento y de la lluvia… Y pensarás que esta es una de las mejores formas de viajar.
Jo vull una dona com tu
Es broma, buenu no, jo que se jajajaj !!!
Enhorabona i molts ànims
Acabo de realizar un viaje en bicicleta desde Valencia- Hamburgo….. Atravesando media España , toda Francia , algo de Luxemburgo y gran parte de Alemania durante 25 días . Ha sido tan fantástico me han acogido en muchas casas , he recibido ayuda, comida , incluso dinero el cual intente rechazar pero fue tanta la insistencia que tuve que aceptar.
Y sin hablar más que español , todo mediante mímica y gestos
Sin entrenar .. más de año y medio sin tocar la bicicleta
Sin ropa técnica , solo vaqueros y chándal
Con una bicicleta de gama medio- baja
Y tengo 50 años
Con esto no pretendo decir que lo que he hecho sea lo correcto , tan sólo decir y demostrar que con menos de lo que crees se pueden hacer grandes cosas.
En Internet pone muchas cosas , no dejes que nadie decida por ti solo Tú conoces tus límites.
Con tiempo , ilusión y algo de dinero para ir comiendo se puede recorrer mucho camino.
No dejes que nadie te haga desistir de Tus sueños
Tremenda historia Alfonso! Enhorabuena por echarle valor e ir a pedalear por Europa. Me alegro que la experiencia fuera tan buena. Una de mis tareas pendientes es retomar la bicicleta para cruzar Europa hasta Turquía.
Un abrazo y felices viajes!
Gràcies
I pensar que fa pocs mesos estaves preparant el viatge i t’invadien totes les pos i ara ja estas donan consells. Sobre tot veig que insisteixes molt en ser positiva i que tot te solució. Es com el dit tibeta …
Diguem-ne pseudoconsells 😉 Hi ha gent molt més capacitada per aconsellar sobre cicloturisme que jo. Amb aquesta entrada només vull oferir una mica de realisme alhora que tranquil•litzar a qui s’estigui plantejant fer un viatge amb bici i encara estigui ple de dubtes i de pors.