Hoy he salido a la calle en busca de templos. Quería encontrar unos templitos que tenía marcados en el mapa pero me he perdido. ¿Que por qué no consultaba el mapa? Me daba pereza. Prefería continuar perdida. Es lo que tiene vivir en una ciudad como Hualien, en la que no hay ruido, ni movimiento y todo parece transcurrir de puertas para adentro (qué diferente al Sudeste Asiático es este trocito de tierra). Al final acaba por darte pereza todo. Tengo que forzarme a dar un paseo en bici, a seguir ese caminito que en dos horas me llevará a algún lugar (sorpresa: ¡un acantilado!). Y hoy he tenido que encontrar una razón para salir a la calle: templos. Me he perdido, pero no importaba porqué ya estaba fuera, integrada en la inercia de caminar por caminar, hasta llegar a lo alto de una montañita, mirando la mar.
A la playa de Hualien llegan las aguas del océano pacífico, que cambian de color según el tiempo. Hoy el día es frío, el cielo gris y sopla el viento. El agua del mar es azul intenso. Pero, como he dicho, he salido a la calle en busca de templos y eso es lo que he acabado encontrando: un templo vacío de gente pero lleno de dioses, en una calle igual de vacía ocupada también por un mercado vacío. Y es que cuando hay viento en Hualien mejor no salgas a la calle o corres el peligro (o la fortuna) de salir volando.
Pero yo no estoy aquí para hablar de Hualien. No hoy. Yo quería darte unos consejos para viajar por Vietnam, pero me da pereza. En realidad quiero hablar de templos. De esos edificios rojos decorados hasta el último rincón que son los templos chinos. Esa amalgama de dioses, ancestros y religiones que los mismos chinos demuestran no diferenciar cuando les preguntas ¿pero este templo es budista o taoísta?, y te responden «un poco de todo».
La mayoría de chinos te dirán que no tienen religión, pero la verdad es que los templos siempre están llenos. Como todas las culturas, también tienen que explicarse el mundo y lo hacen con una serie de dioses legendarios. Por otra parte, los ancestros les dan sentido como individuos, explicándoles de dónde vienen y quiénes son. Aún recuerdo la mezcla de sorpresa y pena que manifestó un amigo cuando le dije que no podía explicar mi historia familiar más allá de tres generaciones, y con dificultades. La verdad es que me dan envidia, a mí también me gustaría saber quiénes fueron mis ancestros más allá de diez, veinte o treinta generaciones, y contestar: «tengo sangre persa y judía» cuando me preguntan si soy israelí.
Sí, China no tiene religión, tiene religiones. Veneran a Confucio, a los ancestros, a buda, a los antiguos emperadores y generales de los tres reinos, al Dios de la tierra, del viento, del mar… Toda divinidad es bienvenida mientras explique el mundo y lo haga funcionar. Los templos suelen diferenciarse por las imágenes que se encuentran. Imágenes de buda para los budistas, de innumerables dioses para los taoístas, de los ancestros para los templitos de los pueblos y barrios, de los generales, de Confucio, etc. Pero todos tienen un denominador común: el incienso, las velas, el fuego y la adivinación.
Para rezar y pedir protección a los dioses, generales, buda o a quien sea, se sigue un mismo patrón que consiste en unos sencillos pasos. Primero hay que encender una vela roja. Después prender dos o tres barritas de incienso y sotenerlas entre las dos manos a la altura de la cabeza mientras se reverencia a la imagen, pidiéndole que proteja a tu familia, que mejore tu salud o, simplemente, que te haga rico. Una vez terminado el ruego se hunde el incienso en las cenizas y se deja que prenda hasta fundirse.
Más tarde llegan los petardos y algunos incluso queman papelitos amarillos impresos con tinta roja: representan el dinero. Es una donación a los dioses y ancestros, por si lo necesitan en el otro mundo. Otros también les ofrecen comida y algunos van más lejos y se preocupan por ofrecerles teléfonos (de papel, claro).
Si se quiere tener alguna pista sobre cómo será el futuro, se pueden utilizar las fichas que se encuentran en un pequeño pote cerca del altar. Primero hay que pedir permiso para utilizarlas lanzando al suelo dos piezas simétricas. Si ambas caen sobre la misma cara hay que repetir el lanzamiento hasta que caigan sobre caras opuestas. Entonces se pueden utilizar las fichas del pote, y frente a la imagen divina, haciendo unas pequeñas reverencias mientras se piensa en la pregunta que se quiere resolver, se sacude el pote hasta que una ficha cae (si caen dos, o tres, o cuatro… hay que repetir el proceso). La ficha que ha caído tiene unos carácteres escritos que ayudan a encontrar la frase que corresponde en el mural adivinatorio. Si se necesita ayuda para interpretarlo se puede consultar al señor que se ocupa del templo. Incluso, si el resultado de la adivinación no es satisfactorio, se puede repetir el proceso hasta quedar satisfecho.
Francamente, el proceso adivinatorio me fascinó. Hasta que llegué a China no encontré una práctica similar. En Tailandia, Laos, Camboya y Myanmar me encontré con el incienso, velas y rezos, pero a nadie intentando averiguar su fortuna lanzando piezas al suelo. Parece que China es capaz de asimilar diferentes religiones y dioses demostrando una gran tolerancia y, a su vez, envolviéndolo con su propia personalidad. Cualquier religión es bienvenida si responde dos sencillas preguntas: quiénes son y quiénes serán.
Holaaa, nosaltres a Tailàndia vam fer lo de la bonaventura, a Doi Suthep (Chiang Mai) però en comptes de demanar permís tirant les peces donaves una almoïna. Ho vam trobar a també a altres temples de Tailàndia.
Les peces es una tradició xinesa. No vaig anar a Doi Suthep i l’adivinació no sabia que també es feia en alguns temples budistes. Només ho he vist als xinesos. Gràcies per la info!
Petons!!
Wow que éxtasis sensorial! Los colores, el incienso, los petardos, las texturas de todo eso…
Muero por iiiiiir! Gracias por contárnoslo.
Abrazos!
¡Y yo por volver!
La meva fortuna me la dic jo mateixa!! Del dia a la nit he iniciat un compte enrere cap a tu!! Vamooonooos a Taiwan shooore
Jajajajaja Lo vamos a petaaar!
Molt interesant i curios!!! M’he quedat amb les ganes de saber quina sera la teva fortuna segons els deus xinesos! M’han comentat que el cristianisme s’està extenen a Xina, no se si ha Taiwan hi ha gaire rastre de la religio cristiana.
Jo també m’he quedat amb les ganes de saber-la. A Taiwan no n’he vist cap, però a China n’hi havia unes quantes, sí. Una fins i tot tenia el candelabre jueu escultpit a la porta, just a sota de la creu. Ja se sap, a Xina ho barrejen tot.
Son realmente curiosas las costumbres de cada país, pero en China y Japón (aunque este último no lo conozco aún) son «demasié». He estado en algunos templos en China y me quedaba embobado. Me podríla tirar así horas viendo todos los rituales…
Un saludo!
Yo me habría quedado horas en algunos de ellos si no fuera por el incienso. ¡A veces no se podía ni respirar!
Gracias por pasarte por aquí.