Llevo todo el día sentada frente al editor de WordPress intentando enfrentarme a la escritura de esta entrada, pero procastinándola por tareas tan importantes como facebook y beber agua de la fuente cada quince minutos. Y es que si apenas sé qué responder cuando la gente me pregunta si me siento sola viajando sola, ¿cómo voy a hablar sobre ello en el blog?
Tengo la manía de mentir cuando respondo a esta pregunta. Digo: «No me siento sola viajando sola porque conozco a mucha gente». Es una mentira que pretende liberar a los viajes en solitario del estigma de la soledad, pero lo cierto es que sí, a veces me siento sola viajando sola y, en esos casos, consultar las listas sobre «X maneras de no sentirse sola viajando sola» no soluciona nada.
No pases tiempo sola (¿en serio esto es un consejo?), sal de fiesta (¿y si ese día no me apetece?), socializa en los hostales (¿y si no congenio con nadie?), utiliza Couchsurfing (¿y si ya lo hago pero me siento sola igualmente?), ten siempre una actitud positiva (¿y si eso no tiene nada que ver con la soledad?). Todas ellas son ideas para aprender a rodearte de gente, no para evitar sentirte sola.
¿QUÉ ES LA SOLEDAD?
No lo sé, y por eso miento cuando me preguntan si me siento sola viajando sola. A esa pregunta habría que responderla con varias preguntas, para saber a qué se refiere exactamente esa persona cuando pronuncia las palabras «sentirse sola».
¿Más sola que quien?
- ¿Que yo misma antes de viajar sola? ¿Cuando estaba en casa con la familia y los amigos cerca?
- ¿Que otra chica soltera que no viaja?
- ¿Que una chica viajando en pareja?
- ¿Que los que viajan en grupo?
- ¿Más sola que usted?
Porque no me cabe ninguna duda que la soledad es de todos: De los que viajamos solos y de los que viajamos acompañados. De los que viajamos y de los que no viajan. De los que viven en pareja y de los solteros.
La soledad no es una carencia de compañía, es un estado de ánimo.
MIEDO A SENTIRSE SOLA
Me sorprende lo imponente que me parecía a mí el miedo a sentirme terriblemente sola durante mi primer gran viaje en solitario. Y me sorprende también lo equivocada que estaba en mi definición de soledad.
Porque mis miedos de sentirme terriblemente sola no se han cumplido en el sentido en el que los imaginaba: No me he pasado días, semanas, meses y años sin hablar con nadie, sin hacer nuevos amigos y sin conectar con otra gente. Pero sí que he vivido esos días en los que nadie podía llenar el vacío. Y esos días no me han dado miedo porque me eran familiares. En casa, con mi familia y con mis amigos también he tenido el ánimo arrastrándose por las paredes y, sorprendentemente, era en casa cuando a ese ánimo le costaba más juntar las energías suficientes para seguir adelante.
QUÉ HACER EN CASO DE UN ATAQUE DE SOLEDAD
No hay un remedio mágico para los ataques de soledad, aunque sí hay formas de suavizarla. Cada uno tiene sus propios métodos, que supongo dependen de su propia personalidad. A mí me ayuda, por ejemplo:
1. HABLAR CON MI FAMILIA
Una charla por Skype con mi hermana me hace reír y eso siempre ayuda a superar cualquier cosa. Con mi madre el asunto se vuelve más peliagudo, pero casi siempre me hace reír también, así que una conversación por whatsapp con ella tampoco es una mala solución, aunque solo sea para distraer mi mente intentando adivinar dónde comienzan y terminan las frases.
2. COMER CHOCOLATE NEGRO NEGRÍSIMO
Es un capricho «caro» en algunos países cuando viajas con un presupuesto ajustadísimo, pero cada onza son unos minutos extra de felicidad.
3. LEER, O VER UNA PELÍCULA, O UNA SERIE O VIDEOS DE GATITOS
Bendito sea el ordenador, que me permite cargar con una biblioteca entera, acceder a mis series favoritas y descubrir alguna buena película. Y bendito sea Youtube por todos esos videos que me han entretenido en algún día tonto.
4. TENER PACIENCIA
Una cualidad que me falta, pero que a veces fabrico por pura supervivencia. Los estados de ánimo suben y bajan, a veces simplemente por desajustes hormonales. No darles más importancia de la que merecen (y comer chocolate) te enseña que la soledad, como cualquier otro síntoma asociado a la tristeza, se va por el mismo lugar por el que ha venido. Siempre.
NO PASA NADA
Si estás leyendo esto con la esperanza de que alguien te confirme que la soledad no existe en los viajes, o que hay técnicas objetivas y eficaces para darle un manotazo y que no vuelva, me temo que esta será la entrada más decepcionante que habrás leído sobre el tema. Siento no poder ofrecerte una solución feliz sobre este asunto, solo puedo decirte que esos momentos no son más frecuentes viajando que estando en casa. Si lo fueran yo no estaría haciendo lo que hago o mi salud emocional estaría en un serio peligro.
Si has llegado hasta aquí porque estás de viaje y te sientes sola, no quiero que esta entrada suene desesperanzadora. Al contrario, pues la soledad se va tal y como llega. No desesperes. No tiene nada de malo acabar desafinando Wish you were here en la ducha alguno de los días de tu largo viaje. Es una canción preciosa. Disfrútala.
Honestamente muchas veces me sentía más sola en mi casa que viajando sola, aun los días donde no congenio con nadie en los hostel jaja he aprendido que lo mejor es darse tiempo, y si, hablar con conocidos que te hagan reír aunque estén del otro lado ayuda bastante! Lo mejor para mi es salir a dar un paseo, aunque no te estés yendo a conocer nada turístico, solo a dar una vuelta por donde estás te hace recordar que estás haciendo y por qué, te renueva las energías y te ayuda a salir un poquito de esa etapa (y sino siempre el chocolate lo soluciona todo jajaja)
Salir a pasear ayuda muchísimo también. Tanto o más que el chocolate 😉 También comparto contigo la sensación de sentime menos sola en viaje.
Un abrazo Paula!
Muy buena reflexión! Me encanta leerte entradas de este tipo…
Un beso!
Gracias Bea! Un abrazo y un beso desde Canadá.
Buenísimo, y muy real. Me quedo con la parte que dices «No darles más importancia de la que merecen (y comer chocolate) te enseña que la soledad, como cualquier otro síntoma asociado a la tristeza, se va por el mismo lugar por el que ha venido. Siempre.» No puedo estar más de acuerdo (sobre todo con lo del chocolate, jajaja)
No sabes lo caro que está el chocolate negro en Canadá. Tengo que buscar alternativas ;P Un abrazo Patricia!
toda la razon muchacha! me uno a los chocolates y los videos de you tube para una tarde solitaria en algun pais desconocido :D.
Qué sería del mundo sin chocolate! Aún no me creo que exista gente a la que no le gusta.
Abrazo!
Amb aquesta entrada deixés clar que això de viatjar sola no és fàcil. Suposo que tothom que ho llegeixi ha pillat la indirecta, jo si! T’escriuré més sovint ?
Poques coses són fàcils a la vida, sobre tot quan tendim a complicar-la. Una abraçada!