¿Cuándo fue tu primer viaje con el Revolucionario?
He regresado hace menos de un mes de una vuelta por los hermanos y vecinos de América. Han sido 4oo días a pura vida, viajando sin juzgar y sin clasificar lo vivido, sin decir bueno o malo, lindo o feo. Simplemente andando y resolviendo cada día como se presentaba; comiendo, bebiendo, bailando y celebrando la vida y también la muerte. Estuve en ceremonias y rituales distintos a los conocidos. Conviví con gente diversa en idioma y creencias, distinta e igual a todos; gente que quiere ser feliz y no sufrir. Aunque esto en algunas partes es bien difícil.
¿Por qué?
Porque la modernidad y el desarrollo va echando a la gente de su tierra, y su tierra se va desnutriendo hasta el punto de no poder sembrar verduras ni criar animales. Esta gente, sin esa actividad, se convierte en pobre y comienzan un largo camino en busca de la supervivencia a través de actividades que no conocen. He visto la tristeza de la desigualdad del mundo, de niños sin infancia y viejos sin sonrisa. Por eso viajo, para ver a los otros y dejarles un mensaje de cariño o un abrazo, que es lo mejor que podemos hacer siempre y en cada lugar.
¿En algún momento has tenido problemas con el coche que te hicieran replantear tu viaje en ese medio de transporte?
Mi auto viejo sufre desperfectos siempre, pero nunca nada que no se pueda resolver. Como me dijo un viajero amigo: «Cuánto más grave el problema, más creativa la solución y más bellas las personas que conoceremos». Además de viajar manejando mi Revo, hago autostop mientras mi auto está en el taller o simplemente no quiero o no puedo ir en él. También uso buses y otros transportes y de esta forma he conocido lugares muy alejados y poco turísticos, donde la vida y las historias se me ofrecen como regalos. Creo que todo es relativo y nada es para siempre. Viajar es aprender más rápidamente a vivir liviano del equipaje más pesado, que son los enojos, las tristezas y el miedo.
¿Cómo te las has apañado para mantenerte en la ruta durante 400 días?
No tengo patrocinadores ni ayuda de ningún tipo. No tengo tarjetas de crédito ni de débito ni cuentas bancarias, solo una pequeña renta de la cual parte de ella es para impuestos y para ayudar a mi madre que es mayor. Hace 3 años escribí mi primer libro Aventuras en mehari, y ese es el mayor combustible, junto a dibujos y ojos de dios o mandalas tejidos que realizo con ramitas, lana y piedras de los lugares por los que paso (también regalo muchos de ellos como agradecimiento a la ayuda recibida). Voy a escuelas dando charlas motivadoras, jugando a soñar con los niños y los grandes porque creo que soñar es una forma de ver la vida de otra manera. Sin sueños, la vida nos rodea con sus negatividades y de ese lugar es difícil salir.
¿Entonces, de donde salen los recursos?
He trabajado en muchas cosas muchas veces recibiendo como pago el cariño de la gente. Me he quedado sin dinero, pero no sin comida o sin posibilidades de obtenerla. En los momentos que he necesitado arreglar mi auto, mis dos hijos Mica y Facu han sido los que me han ayudado y los cuales me han apoyado en estas aventuras.
¿Y el dinero para la gasolina?
La gente que paga mi viaje es la gente que menos tiene materialmente. No vendo a turistas porque no voy a ferias ni a plazas de las ciudades grandes. Paro en poblados o a la vera del camino donde hay casitas dispersas y esas personas son las que se acercan y se nutren de mi aventura. Yo intento dejar en ellos el mensaje de que sí se puede ir tras los sueños, por más locos se sean, ¡y a veces me creen! jaja
De esos encuentros seguro que han nacido muchas historias.
Tengo muchas historias para contar, pero lo mejor es cuando alguien me contacta y me cuenta que comenzó a realizar su sueño. Eso me da felicidad, porque para ser feliz uno debe sentir placer con la felicidad ajena.
¿Cómo reacciona la gente cuando ven que viajas sola y en un mehari?
Mi Revo llama la atención y la gente que se acerca y se pone a charlar me pregunta: ¿No tenés miedo? ¿Y si te pasa algo? O me dicen: «Debes tener mucho dinero para andar viajando tanto tiempo». Me preguntan si me aburro y se asombran de que me guste viajar lento, sin música y sin compañía.
¿Y qué les dices?
Viajar sola por largo tiempo es una experiencia muy fuerte que enseña muchísimo. Nos devela las cosas importantes de la vida, nos enseña geogafía, historia y biología, pero también a respetar a todos sin juzgar ni clasificar. Nos enseña a confiar en los demás y será por eso que nunca me ha pasado nada malo. Jamás me robaron o intentaron sacar alguna ventaja por ser mujer o viajar sola. No me encuentro con gente buena, sino con lo bueno de la gente. Me gusta decir que Revo es mi garantía de amor porque cuando la gente lo ve, sonríe. Hasta en las rutas me paran para verlo y preguntarme, se asombran y vuelven a sonreír. Alguno me ha dicho que estoy un poco loca.
¿Y no te han llamado soñadora?
Sueño sin desesperar por cumplir los sueños. Soñar con los pies bien plantados en el presente de cada de uno es como una forma de vivir en continuo movimiento mental; fuera de toda rutina formal, planeando y buscando las condiciones a pesar de que no estén dadas externamente. Si nos vamos a detener porque el camino es sinuoso, entonces jamás avanzaremos. Todo lo que alguna vez pareció imposible fue posible gracias a quienes se atrevieron a desafiar la realidad y a desafiarse a sí mismos. No hay que detenerse en el calificativo imposible, hay que dar el primer paso y ser paciente y positivo.
¿Qué planes tenéis tú y tu Revo(lucionario)?
Estoy escribiendo mi segundo libro de mi vida de viaje con historias, fotos y dibujos. El objetivo es contar estos procesos internos que nos llevan a decidirnos a caminar por caminos más felices. También me gustaría seguir viajando, pero esta vez con compañía. Ya hice mi gran viaje «de visión», como dicen los ancestros, y ahora me gustaría compartir con otros esas nuevas experiencias por venir. Me he declarado a favor de la paz del mundo y eso se consigue con gente intentando ser feliz. Ese es mi sueño grandote: que la gente intente ser feliz, no buena, pues la bondad viene por añadidura.
Puedes seguir los sueños de Laura en su página Aventuras en Mehari.
Te la mateixa edat que jo!! Es genial !! Jo quan tenia 18 anys volia un mehari per fer sortides i aventures, al final vaig tenir un 4L que recordo amb molta estimacio.
Jo no coneixia aquest model de cotxes i em semblen genials. Fins i tot m’han entrat ganes a mi de fer un viatge en aquest tipus de cotxe jaja