Recuerdo una conversación que tuve con una amiga hace cuatro años:
I. Me gustaría vivir viajando. Estar un tiempo en un lugar, conocerlo y luego viajar a otro.
N. Sí, eso estaría muy bien, pero a mí me costaría mucho llevar ese estilo de vida.
I. ¿Por qué?
N. Eso es para extrovertidos. Tienes que conocer gente nueva, construirte un círculo de amigos en poco tiempo… Yo no podría.
I. Ya…
Volví a casa con mi sueño frustrado.
Me siento más cómoda en las conversaciones uno a uno que en las grupales; con frecuencia me siento sola en los grandes grupos y me cuesta relacionarme más allá de mi círculo de amigos. No soy de fiestas, hablo poco y me identifico totalmente con el siguiente gráfico:
Hace cuatro años, no solo N y yo pensábamos que los extrovertidos son los que se comen el mundo mientras los introvertidos nos sentamos en un rincón pensando que «queremos pero no podemos». En las entrevistas de trabajo grupales en las que te suelen preguntar tus tres puntos fuertes y tus tres puntos débiles, alguna vez apareció la palabra «introvertida» entre esos tres últimos. Parece que disfrutar de la soledad, poder pasar horas sin hablar con nadie y ser más eficiente trabajando en solitario que en grupo es considerado socialmente un comportamiento defectuoso que hay que corregir.
Y si no lo haces no vas a ser feliz viajando, porque así lo cree N y todas aquellas personas que te dicen: «¿Quieres viajar sola? Yo no podría porque me cuesta conocer gente».
Les contestarías que «A mí también», pero eso sería confirmar en voz alta que tú tampoco puedes viajar.
No sé qué piensa N ahora. Perdimos el contacto. Pero yo me fui de todos modos y si pudiera viajar en el tiempo, en vez de un «ya…» inseguro le respondería que no existe la personalidad perfecta para viajar. Yo quise viajar y pude viajar, aunque no fuera simpática todo el tiempo, aunque no fuera yo quien comenzara las conversaciones y aunque no hiciera un grupo de amigos nada más entrar por la puerta del hostal.
Para viajar durante meses o años en solitario:
- No tienes que ser la persona más sociable del dormitorio: Si no te apetece conversar con toda la gente con la que compartes habitación, no pasa nada. Conocerás a gente, pero a tu manera.
- No tienes que ir a todas las fiestas: Si esa noche la quieres pasar en tu habitación leyendo un libro, hazlo sin sentirte culpable. No tienes que salir todas las noches ni conocer un montón de gente de la que en unas horas no recordarás ni el nombre. Si pasar una noche tranquila con un libro te hace feliz, no veo nada malo en ello.
- No tienes que estar con gente si no te apetece: A veces parece que si dices que no a algunos planes te estás perdiendo algo importante o no estás disfrutando tu viaje como deberías. En Laos rechacé la invitación a pasar un día en el barco bebiendo cerveza y comiendo con mis compañeros del hostal (¡eran veinte personas!). No me atraía la idea de pasar todo el día con gente con la que no tenía mucho en común. Dije que no y me quedé en el hostal. Sola. Fue un gran día; leí, paseé, me reencontré con gente que había conocido en otras partes de Laos… No hay nada de malo en los días solitarios si te hacen feliz.
Un estilo de vida viajero no esta específicamente diseñado para personas extrovertidas. Los introvertidos también podemos viajar y disfrutar de los viajes a nuestro modo. Para viajar no hay que ser sociable, ni tener la capacidad de hacer nuevos amigos con un chasquido de dedos, ni nacer con el talento de comenzar conversaciones. Basta con ser uno mismo y encontrar tu forma de viajar.
Bonus:
Buff, muy interesante! Me identifico con el gráfico y me alegro de que hayas puesto el vídeo de Susan Cain. Este año leí su libro, El poder de los introvertidos o Quiet en inglés, y me sirvió mucho para conocerme un poco mejor y también para valorar las cualidades de la personalidad introvertida -como la mía. Tiene narices que haya que comprar un libro específico para eso, pero no es tan raro si tenemos en cuenta que en las sociedades occidentales se valora la extroversión por encima de la introversión.
No cono cñia ese libro Isabel. Gracias por nombrarlo, parece interesante. Aunque sí, es un poco indignante que haya libros así que tengan que existir. Ojalá algún día no tengan razón de ser.
Hola! Me siento algo identificado con tu relato. Me gusta la forma en que viajas… Me atrae mucho los viajes largos en bicicleta… y solo. Ánimo con tus proyectos y gracias por compartir
De nada. ¡Gracias a ti por pasarte y comentar! Me alegro de que te hayas sentido identificado con mi experiencia.
Saludos!
está piola viajar y hacer cualquiera, ser como te pinta y voltear muñecos a lo pavote
Totalmente deacuerdo contigo! Yo no soy la que generalmente empieza las conversaciones (a veces, pero prefiero que los otros lo hagan), me gusta observar, me gusta conversar 1-1. Y…tengo un blog de viaje desde hace 4 años! Asi que la mayoria del tiempo tengo que esforzarme muchisimo para ir hacia los otros, pues necesito contenido para mis articulos. Pero, si, …igual hay que hacerlo! 🙂
Una acaba aprendiendo que la gente no muerde jaja Viajar también ayuda a aprender a comenzar conversaciones, relajarse (un poco) en las fiestas, etc.
Pues claro que sí, no hay que ser el alma de la fiesta para viajar. Cada uno lo hace como quiere 🙂
Lo importante es disfrutarlo a tu modo, aunque se te rompa la espalda por los kilos de libros que llevas en la mochila ;P
Totalment d’acord!, tot i aixis has conegut molta gent, no seras tan poc sociable.
Introvertit no és el mateix que antisociable. M’agrada la gent, però en dosis petites 😉