El viaje empezó con un retraso de cinco días y tres horas. En principio debía salir el lunes 20 de abril, pero no lo tenía todo listo. Entonces el sábado. Tampoco. Aún faltaban pulir algunos detalles… Y llegó el domingo. Ya no me quedaban excusas. Bueno sí, el mal tiempo, pero no era válida; durante el viaje seguro que iba a pillar tormenta algún día, ¿qué más daba si esta llegaba el primer día?
Debía salir a las diez de casa para aprovechar la mañana. Me dormí. Corre llama a Marta no vaya a ser que te esté esperando en la estación. ¡Uf! También se han dormido. Ducha, desayuno, prepara el bocadillo, hincha las ruedas, repasa que esté todo y ahora coloca todo eso encima de la bici. Tres horas más tarde empezaron las primeras pedaleadas con mis padres, y en Terrassa me encontré con Marta y Álex que hicieron de coche escoba hasta la salida de la ciudad.
Y llegó el final del día y yo solo pensaba en esto:
¿Dónde voy a dormir? ¿Dónde voy a dormir? ¿Dónde voy a dormir? ¿Dónde voy a dormir? ¿Qué tal este campo de olivos? Sí, este lugar está bien. Echo de menos a mi familia. Quiero espachurrarme en el sofá, discutirme con mi madre y protestar si mi padre quiere ver fútbol. Esto no es para mí. ¿Qué hago aquí? Tengo hambre. ¿Y el hornillo cómo va? Bien, parece que funciona. Creo que he hecho poco arroz. Tengo hambre. Barritas energéticas. Barritas energéticas. ¡Barritas energéticas! Nota mental: Mañana cocinar más cantidad. ¿Qué me pasa? Estoy acampando en un campo de olivos, estoy haciendo lo que se supone que quería hacer y solo pienso en que echo de menos a mi familia, mi rutina, mi cama, un sofá. Me asusta dormir sola en este campo de olivos. Buenas noches.
Después de una incómoda noche de tormenta en la que el saco no se ha mojado de milagro, me despierto con la noticia de que voy a tener el viento en contra.
Yo no pedaleo más. Solo he hecho diez kilómetros pero me da igual. Me duele la barriga. Estoy cansada. Quiero acampar. Quiero descansar.
En el ayuntamiento del Bruc me aconsejan que pida permiso para pasar la noche en Can Serrat. Allí me dejan acampar en un rincón tranquilo cerca de la casa y me dejan utilizar su baño.
Esta noche parece que va a ser más fácil. Si descanso bien, mañana quizás llego hasta la Panadella…
Después de una ducha, diez horas de sueño, un amanecer soleado y una ruta con poca pendiente, todo se ve diferente.
Esto no está tan mal. ¿Quizás después de Santiago podría cruzar Portugal en bici?
Como veo que aún falta mucho para llegar a la Panadella, dos señoras me informan de que el párroco de Jorba, además de ser un señor muy amable, es el responsable del albergue de pelegrinos. Pero el párroco me dice que hace más de cinco años que este albergue ha dejado de financiarse a base de donaciones y ahora el precio es de diez euros por una habitación ocupada por cuarenta pelegrinos que acaban de reservar.
Vaya m%&#*a. Bueno, pues sigo pedaleando hasta que encuentre un lugar en el que acampar. ¡Pero si no tengo agua! Uf, una gasolinera. Mira Antònia* ¿te gusta este lugar? Hoy no cocino. Ya me haré arroz mañana, y si sigo con energía quizás llego hasta Balaguer…
Jajaja, feia temps que no reia tant amb un post teu, enhorabona, et superes cada dia, com tot hi han pujades i baixades al cami i a la ment. Segueix amb foça i records a l’Antonia….
Doncs espera’t, que n’estic preparant un que deu ni do. A Aragó m’he trobat amb cada personatge!
L’Antònia t’envia records.
Sire! Ets una noia admirable, per més malament que ho passis, amb més ganes agafes després l’aventura. I a sobre ja penses la següent!! Segueix així, una abraçada!
No sóc admirable, el que passa és que tinc algún tipus de problema mental no diagnosticat.
Una abraçada!
Que guay airin!! Me has recordado a esta peli.
Sigue disfrutando! Te espero por el Pais Vasco!!
Me he leído el libro. Lo que hizo esta chica le da mil vueltas a lo que estoy haciendo yo. ¡A su lado soy una pardilla! Nos vemos en unos días 🙂
El nombre de Antonia no está mal…podría mejorarse, jajaja, pero es una genial idea ponerle nombre a tu inseparable compañera de viaje! Por lo demás, sobre los dialógos mentales insidiosos que no te dejan disfrutar del momento…creo que todos pasamos por ahí en algun que otro momento 😉 Seguro que la próxima vez que acampes en un campo de olivos te reirás de tu primera vez!
Ta van unos cuantos campos de olivos, de limoneros, de árboles que aún no sé que son… ¡La primera acampada parece que fue hace cien años!
¡Me troncho! Sobre todo porque pienso que en nada voy a ser yo mismo el que tenga que enfrentarme a esas reflexiones…
Ya te acordarás de mí jajaja Ahora lo llevo un poco mejor. La rodilla me está dando el viaje y hay momentos en que parezco un loca hablando y enfadándome sola, pero en general todo va bien. Supongo.