Tengo que reconocerlo: llegue a Myanmar con un poco de miedo. Los comentarios sobre experiencias dificiles con el alojamiento (que si es caro, que si hay que reservar, que si no hay suficientes habitaciones…), sobre el tiempo en epoca de lluvias (que si no para de llover, que si es dificil moverse a causa de las inundaciones…), sobre la comida (que si es mala, que si le ponen una pasta de pescado a todo…) y sobre el transporte (que si las carreteras estan en mal estado, que si los autobuses son aun peor, que si hay que reservar con antelacion…) me ayudaron a dibujar una imagen mental de Myanmar no muy accesible para los viajeros. Parecia que todo aquel que entrara en el pais estaba abandonado a la mano de Dios. Pero no conocia a nadie que hubiera salido decepcionado de alli, asi que decidi aceptar el reto.
Llegue al aeropuerto de Mandalay el 3 de agosto a la 1 del mediodia y a la salida nos esperaba un autocar gratuito que llevaria a los pasajeros del unico avion que habia aterrado en el aeropuerto hasta el centro de la ciudad. No parecia muy dificil, por el momento, moverse por Myanmar.
Al llegar a Mandalay, fue facil orientarse en unas calles numeradas con logica y formando un entramado cuadricular en el que, incluso para mi, era dificil perderse. En unos minutos ya habia encontrado mi hotel y, por el camino, habia conocido a Ofelia, una chica de Taiwan que habia perdido 400 dolares. Ahora solo tenia 100 dolares para pasar 20 dias en Myanmar. Ella si que lo tenia complicado.
Quise comprobar si los rumores que corren por internet son ciertos, asi que recorri algunas calles preguntando en los hoteles por el precio de las habitaciones y si les quedaba alguna libre. La mas barata costaba 10 dolares (es verdad que Myanmar no es el lugar de Asia mas barato para dormir), pero en todas quedaban habitaciones libres, incluso en aquellos hoteles que aparecen en la Lonely Planet.
Un poco mas tranquila al comprobar que, de ahora en adelante, no seria necesario preocuparme por el alojamiento en Myanmar, se me abrio el apetito. Con Ofelia nos sentamos en unos minusculos taburetes en la calle y, mientras la cocinera y los demas clientes locales nos observaban curiosos, nosotras ibamos deborando todo aquello que nos servian: arroz hervido, huevo frito, sopa, ensalada macerada con vinagre y chile y tambien la horrenda pasta de pescado con chile. Es cierto, no tiene un gusto agradable, pero siempre la sirven aparte, asi que es tu decision anadirla al arroz. Todo lo demas lo comimos con mucho placer.
Con el estomago satisfecho, fui a dar una vuelta por las calles de Mandalay. Como en muchas ciudades de Java, no habia aceras, ni pasos de peatones, ni semaforos; y como en todo el Sudeste asiatico, la gente hacia vida en la calle. Durante el paseo me parecio volver a Indonesia. La gente me miraba y, los menos timidos, me saludaban (Hello! Mingalaba!) con una gran sonrisa que mostraba unos dientes mancahdos de rojo por el betel. Hacia un calor insoportable y la lluvia solo aparecio timidamente al atardecer. No parecia que el tiempo fuera a complicar el viaje.
Mandalay me gusto. Era una ciudad con un trafico animado, sin llegar al exceso de Jakarta o Bangkok y, aunque las atracciones turisticas no eran demasiadas, me diverti observando la vida cotidiana de los birmanos: el mercado, las plegarias en los templos, la television en los restaurantes, los telefonos en medio de la calle, los taxistas, los ninos, la piel adornada con thanahka. Todo era nuevo y diferente. Myanmar habia comenzado a atraparme y queria conocer mas lugares. Queria viajar al norte, al oeste. Por que no al sur? Pero me decidi por un lugar mas cercano y asequible: Bagan. Ese mismo dia le comente mi deseo a la recepcionista del hotel y, despues de pagar 10.000 kyats, ya tenia en mis manos el billete de bus. El dia siguiente estaria en Bagan y no habia sido muy complicado conseguir un asiento. Myanmar parecia el pais de Asia mas facil para viajar, y a medida que fueran pasando los dias, llegaria a creer que incluso era el pais mas bello del mundo.
Nunca había oido hablar de este país, totalmente desconocido para mi. Parece bonito, espero que lo estés disfrutando. Gracias por descubrírnoslo!
Ya estoy de vuelta, he estado pocos dias, pero le voy a dedicar varias entradas porque se lo merece.
Waw Sire, sembla molt bonic tot això! m’alegra veure com t’hi trobes bé i a gust, i també com cada cop les teves fotos són més i més wapes! M’encanta llegir els teus articles, segueix així!!!! Una abraçada i a reveure!
Gracies Uri. Sempre animant tu! 😉
Magnific article sobre Myhamar, m’entren ganes d’anar-hi. Els autobusos son com les furgonetes atapaides de gent de les fotografies?
No tant. Els autobusos son cars, no van tan plens.
piiits pitas pitas!!
Sí que sembla que has passat uns dies amb tranquilitat!! Ja ho tens agafat per la mà!!
Fa dos mesos que estàs voltant fora del niu!! Aisss!!
Muaaaaa
Com vola el temps!!