Hualien y yo ya hace veinte días que nos conocemos, ya va siendo hora de que te lo presente. Aunque la verdad no sé qué decirte sobre esta ciudad más allá de que se encuentra en la costa este de Taiwan, atrapada entre el mar y la montaña; que en ella no viven más de 150.000 personas y que los viajeros llegan aquí para visitar Toroko, uno de los parques naturales más impresionantes de Taiwán. No hace falta que escupa en esta entrada este tipo de información que puedes encontrar facilmente navegando por internet. Además, si lo hiciera, seguramente te aburriría.
No sé qué decirte de Hualien. Aún no nos conocemos demasiado. Estos veinte días me he dedicado a trabajar en el hostal y a dar algún paseo en bici. Parece que toda mi energía se quedó en el Sudeste Asiático y China. He llegado a Taiwán con las baterías agotadas y esto ha hecho que me sienta un poco culpable. Pensaba que estaba desperdiciando mi tiempo, que no le prestaba la atención merecida a este país y que, si seguía así, pasarían los noventa días y no habría conocido nada de Taiwán más allá de la calle de en frente y el mar.
Así es Hualien cuando miras hacia la montaña. Así es Hualien cuando miras hacia el mar.Mi parte del cerebro más indulgente me recordaba que cargaba con siete meses de viaje a mis espaldas. «Estos veinte días no han sido desperdiciados», me decía, «han sido unas vacaciones». Quizás tiene razón. En todo caso, si hay algún culpable de que mis baterías se carguen tan lentamente este es Hualien. Esta ciudad invita a tomarse la vida a otro ritmo. A veces es difícil ver gente en la calle más allá del centro de la ciudad o de la playa. La vida aquí es simple: despertarse, trabajar y dormir. Las relaciones sociales son simples: comer con los amigos en el mercado nocturno o quedarse en casa cenando con la família. Los fines de semana son simples: salir a correr o a pedalear cerca del mar, o escaparse a caminar por Toroko. Hablar con los locales es simple: una sonrisa es la llave para preguntarte de dónde eres y, a veces, incluso para invitarte a comer.
Los primeros días tanta simplicidad me aburría. Venía de China, donde la ciudad más pequeña quizás tiene diez millones de habitantes y hay tanta gente en las calles que siempre están llenas de vida. Hualien y yo no seguíamos el mismo ritmo. Yo acababa de aterrizar en este rincón pausado del planeta después de siete meses de viaje y en mi interior aún me encontraba en movimiento, agotada pero agitada. Mi ritmo personal se dio de bruces con una ciudad lenta y relajada. Tenía miedo de aburrirme.
Aunque, si me sobra tiempo, puedo unirme a estas señoras y aprender a bailar el tango.Ahora que ya han pasado veinte días creo que estoy encontrando la manera de adaptarme a este nuevo ritmo e, incluso, de recuperar las ganas de seguir en ruta. Sí, reconozco que había perdido la ilusión por continuar viajando, o eso creía. Se me ocurrió volver a casa después de Taiwan, pero, otra vez, un sueño me sacó la idea de la cabeza: No recuerdo qué pasó para que decidiera volver a casa, pero aún recuerdo la profunda tristeza que eclipsaba la felicidad de reencontrarme con la família y amigos.
¿Y yo por qué te estoy contando todo esto? Supongo que estoy tratando de explicarte y explicarme qué es Hualien más allá de una pequeña ciudad en la costa este de Taiwan, atrapada entre el mar y la montaña, situada cerca de Toroko, etcétera, etcétera. Hualien es una ciudad para tomarla sorbo a sorbo, para observar cómo el mar cambia de color según el día, para perderse por los complicados caminos de Toroko, para descubrir cada día una comida nueva en el mercado nocturno. Hualien es el punto y seguido perfecto; es un lugar en el que recuperar las energías perdidas en las calles de Hanoi, en los esfuerzos por comunicarme en China, en las inexplicables fluctuaciones del precio del transporte en Indonesia. Me quedan dos meses para disfrutar este rincón de la tierra y voy a intentar aprovecharlos. Sin prisas.
Por cierto, feliz año nuevo otra vez.
És un paisatge fantastic! Aprofita’l bé! Segur que aquí uns dies tornes a estar fresca per tornar a explorar aquest món. Una abraçada i cuida’t molt!
La veritat és que m’estàn tornant a venir les ganes i el meu cap ja comença a fer nous plans. Aquest mesos em serviran per acabar de definir-los.
Que be t’expliques! estas perdent el temps pero no, estas cansada de viatjar pero no, vols tornar a casa pero no …..
Jejeje mases dubtes!, pero tens temps per aclarir-los, segueix escrivint que jo tinc ganes de saber-ho.
Per cert tornes a casa despres de Taiwan?
BON ANY XINES!!
Jajaja Mai m’he explicat bé, ja ho saps, i encara menys quan no ti c les idees clares. No m’esperis a casa desprès de Taiwan.
Bon any nou 2014!!
Crec que no hauria de llegir els teus posts d’ara en endavant… però m’ha despertat tanta curiositat que no m’he pogut resistirrr!!
Què bonic!! Em ve molt de gust relaxar-me així!! Només em preocuparé de menjar bé (com pots comprovar no ha canviat la meva prioritat).
A dos mesos vista estic en modo alegre pasota – preocupada, bipolaaar… Saps el capítol dels Simpsons que van al Brasil a buscar el nen apadrinat i la Marge es posa a ballar al carnaval i a la vegada està preocupada doncs així estic jo xDD
MUAAAAA
Pobre de tu que no els llegeixis, llavors desapareixeré de Hualien quan arrivis i t’espaviles 😉
T’entenc perfectament. Ara ja saps com em sentia abans de començar el viatge!