Al final resultará ser cierto que todos los países tienen un capítulo negro en su historia, y que ese capítulo siempre sucede bajo la sombra de la Posguerra. Taiwán (esas pequeñas islas del pacífico que China se empeña en decir que son suyas) también tiene un pasado del que avergonzarse.
Taipei explotó el 27 de febrero de 1947, cuando seis agentes de la Oficina del Monopolio confiscaron el tabaco que la señora Lin Jiang vendía en el mercado negro. La vendedora rogó a los agentes que no se llevaran su dinero y como respuesta uno de ellos le asestó un golpe con su pistola. Esta fue la gota que colmó el vaso para unos ciudadanos que veían como, desde la llegada del KMT, la élite taiwanesa había sido excluida, los controles a los ciudadanos aumentaban y la corrupción se había establecido entre la clase política. La multitud, que se había congregado para ver qué sucedía en la casa de la señora Lin Jiang, respondió a la agresión atacando a los agentes que, para defenderse, dispararon un tiro de advertencia matando inesperadamente a un ciudadano.

Al dia siguiente se convocó una huelga general en Taipei y los manifestantes se congregaron delante de la Oficina del Monopolio para pedir explicaciones. Otra vez, la respuesta de los policías fue abrir fuego contra los civiles. Para entender lo sucedido y negociar con Chen Yi, el comandante general del KMT, se creó la Asociación del 28 de Febrero. Pero segun Chen Yi las razones de los sucesos estaban muy claras:
Los Chinos fueron lo suficientemente avanzados para entender los privilegios de un gobierno constitucional, pero a causa de los largos años bajo el gobierno despótico de los japoneses, los taiwaneses habian sufrido un retraso político y no eran capaces de gobernarse a sí mismos de manera inteligente.
el 8 de marzo los taiwaneses recibieron una lección magistral sobre cómo funciona un gobierno constitucional. Los militares abrieron fuego contra los civiles congregados en Keelung y se proclamó la ley marcial en el país. A esto le siguieron días de terror en los que cualquier persona encontrada en la calle era asesinada por las fuerzas policiales. Quedarse en casa tampoco era seguro. Los militares irrumpían en los hogares violando, castrando y decapitando.
No fue hasta los años setenta que hablar de estas muertes dejó de ser un tema tabú. Se creó el 228 Movimiento de Justícia y Paz y se comenzó a reconocer la terrible gestión del Incidente por parte del KMT. En 1995 el presidente Lee Teng-hui se disculpó en nombre del gobierno y el 28 de febrero fue declarado festividad nacional. En Taipei se conmemoró el incidente con un monumento y se creó la Fundación en Memoria del 28 de Febrero para compensar y ayudar a las víctimas.
Sin embargo, a pesar de las disculpas, los reconocimientos y las compensaciones, las víctimas no han conseguido que un tribunal juzgue a los responsables de los crímenes ( Chen Yi fue ejecutado, pero por razones ajenas al 28 de febrero). Y mucho menos que los hechos hayan sido esclarecidos. Aún se discuten si los muertos fueron 20.000, 10.000 o 500, como si algunas vidas más o menos hicieran menos trágico ese episodio de la historia de Taiwán.
Hoy es 28 de febrero y, para honrar a las víctimas, los comercios y colegios están cerrados. Las editoriales de algunos diarios recuerdan que aún hay muchas preguntas sin resolver y, un año más, el presidente Ma dice entender el dolor de las víctimas, promete que pronto se sabrá la verdad y pide la reconciliación entre los taiwaneses para evitar otro Incidente. Mañana los comercios volverán a abrir, a los historiadores se les volverá a decir que esos documentos no existen y en los colegios no se hablará de «la era del terror» sino de «gente perseguida por un gobierno que abusó de su poder». El KMT no parece entender qué pretenden las víctimas pidiendo una lista con los nombres de los desaparecidos y un juicio a los responsables. Hablar del pasado una vez al año es suficiente. Podría haber sido peor; el Incidente se podría haber producido el 29 de febrero y entonces las culpas solo serían admitidas cada cuatro años.
Hola interesante tu blog, y tu paseo por Taiwán, mis compañeros de Yuanfang Magazine me han recomendado que pase a visitarlo. En todo caso, este post no hace justicia a la situación. La historia nunca es un cuento de buenos y malos; por otro lado y aunque es verdad que hay sectores de la Administración y el KMT que ofrecen resistencias a la investigación (que familiar me resulta esto), la situación en el ámbito de la memoria histórica es, por ejemplo, mucho más avanzada que en el conjunto del Estado español.
Supongo en todo caso el post solo pretende ser una visión personal sin otra pretensión. Un saludo.
¡Gracias por pasarte Andres-Tienan!
La verdad es que estoy de paso en Taiwán y conocí sobre este momento de su historia por pura casualidad. Este texto solo es el resultado de una conversación con mi jefe taiwanés y algunas pocas lecturas que hice por mi cuenta, así que seguramente que mi visión de este asunto no es del todo acertada. Solo quería compartir lo que aprendí y tu aportación es más que bienvenida.
¡Saludos!
Aqui a catalunya s’esta parlant un altre cop del cas Puig Antic, la germana esta conseguint que DESDE ARGENTINA!!!, es declari nul el judici i s’inculpi als responsables. Entre ells al que era ministre de l’interior de la epoca i que es el sogre de l’actual ministre de justicia Ruiz Gallardon!
Aqui ens tenen que resoldre els problemes historics des de Argentina. Una vergonya mes.
Estic descobrint que la historia de Taiwan i la espanola tenen camins paralels, i l’estil de gestionar la memoria historica tambe son semblants. Aquests dos paisos s’haurien d’agermanar.
Un article boníssim, seriós i trist també. No coneixa la història aquesta i és colpidora. Espero que no passi enlloc més res semblant (encara que veient les noticies …)