Según mis planes de viaje, basados en un mapa cutre sacado de internet y una idea desproporcionada de mi capacidad física, el cuarto día debería haber pedaleado más de cincuenta kilómetros. El plan era levantarse con el canto del gallo, recoger rápidamente el campamento y pedalear, pedalear y pedalear hasta llegar a pocos kilómetros de Balaguer.
El plan falló desde el principio: Me despertaron los silbidos de los pájaros, pero después de una noche muy fría y húmeda no me apetecía salir del saco rápidamente. Cuando me decidí a dar la primera pedaleada ya eran las 9:30, dos horas más tarde de las planeadas, y viento frío me hacía parar cada diez minutos. Y así, una hora más tarde, había llegado a la Panadella. Solo había recorrido cinco kilómetros.
Empezó a llover y decidí ser más realista con mi ruta del día. Es decir, me dije que haría lo que pudiera y que si llegaba hasta Tàrrega ya era digna de ser felicitada. Me di unas palmaditas condescendientes en la espalda y seguí adelante, gritando contra el frío y el viento que me cortaban la cara.
Pero lo bueno de viajar sin un mapa de desniveles es que a veces te llevas buenas sorpresas. Resultó que después de la Panadella ya no había cuestas. El viento seguía abofeteándome la cara, pero la lluvia iba aminorando y era más fácil seguir la carretera hasta llegar a Cervera, y luego Tárrega y luego dirección Balaguer, donde podría haber llegado ese mismo día si no fuera porque vi un campo de limoneros demasiado tentador para pasar la noche.
Y es que todo pasa, incluso el viento, las cuestas, la lluvia y la baja moral. Lección aprendida.
Que bonics paisatjes, sempre has de pensar que despres d’una pujada be una baixada! Bon viatje.
I després d’una baixada ve una altra pujada… I així passa la vida. jajaja
Que lugar tan pintoresco, quizás si el tiempo no era tan inclemente no te detenías lo suficiente.
Buen viaje y un saludo para ti desde Argentina.
Catalunya me la conozco bastante, así que tiene poco de pintoresco para mí. Lo que me llama la atención es lo que viene después de Lérida: Aragón, Navarra, Euskadi… Ahora me estoy deteniendo tanto como puedo 😉
Sire! és una època fomuda pels canvis de temps i de temperatura… però mira-t’ho pel cantó bo, si fos estiu la calor seria insuportable! (no sé què és pitjor… xD) De totes formes estic veient que està resultant una experiència molt interessant 😛
Si fa calor, massa calor. Si fa fred, massa fred. Mai estic contenta jaja
Hay que adaptarse a las circunstancias y cuando se topa con las inclemencias del tiempo cualquier cosa puede suceder. Suerte de ese campo de limones! Qué buenos sueños debiste pasar junto al agradable aroma de tan saludable fruto. Feliz ruta. Un saludo.
Bueno, me despertaron los sonidos de un tractor demasiado pronto, pero fue una buena noche y sobretodo un buen día 🙂