Cuando los dos chicos de la tienda de fotografía de Penang se enteraron de que viajaba sola, me advirtieron de que tuviera mucho cuidado; a una chica sola por Malasia le podía suceder cualquier cosa, y pocas buenas. Dey, un amigo de Hong Kong, nos recomendó a Nakui y a mí que tuviéramos cuidado, porqué una mujer había sido violada y asesinada en Kuala Lumpur. Durante una cena en Quanzhou, una chica se sorprendió cuando le dije que durante estos siete meses nunca me había sentido insegura en ningún país. Y cuando caminaba por Toroko, los locales no dejaban de sorprenderse (y felicitarme) por haber llegado hasta allí sin compañía.
Me pregunto si los dos chicos de Penang también advertirán a los viajeros solitarios de los peligros de ser asaltado durante la noche en las calles de Georgetown. Si Dey aconsejará a otros mochileros que viajen con cuidado por Malasia. Si la chica de Quanzhou también se sorprenderá cuando un viajero le diga que nunca se ha sentido inseguro (es más, ¿se le pasará por la cabeza preguntarle por sus problemas de seguridad?). Y si los montañeros de Taiwán también felicitan a los chicos que llegan a Toroko sin compañía. Lo dudo.
Me sorprende la expectación que genero por viajar sola, pero la entiendo. En realidad el mundo puede ser tan peligroso para un hombre como para una mujer, pero a nosotras nos educan para sentirnos frágiles y ser más cautelosas. Eso tiene una consecuencia nefasta: nos volvemos miedosas. A mí también me asaltaron los miedos cuando decidí hacer este viaje. Algunos eran lógicos: ¿Y si me roban? O enfermo? Otros eran irracionales: ¿Y si me secuestran? ¿O me violan? ¿O me asesinan? ¿Me sucederá solo una de estas cosas o todas a la vez?
Para tranquilizarme me dediqué a leer otros blogs de viajeros que dieron el paso antes que yo, y los blogs que más me reconfortaban eran aquellos escritos por otras mujeres. Parecía que si otras viajeras me decían: «tranquila, todo va a salir bien», yo me convencía de que realmente el mundo no es un campo de exterminio para las mujeres. Además, descubrir las historias de algunas viajeras del siglo XIX me dejó sin excusas. Si ellas pudieron hacerlo, ¿por qué yo no puedo? ¿Por qué tú no puedes?
Ser mujer no es excusa para definirte como débil
Fanny Bullock Workman proclamó el voto para la mujer alzando una pancarta a más de seis mil metros de altura. Escaló también algunas cumbres de los Himalaya, exploró el Karakorum y se perdió con su bicicleta por el desierto de Argelia, algunas provincias de España, Tánger, Ceilán, India, Java, Sumatra e Indochina. Con este currículum no es de extrañar que llegara a ser conferenciante en La Sorbona y en la Royal Geographic Society.
Para no lanzarte a la aventura
Alexandra David Neél fue cantante, exploradora, escritora, orientalista, budista y anarquista. Cuando se necesitan como mínimo seis palabras para definir a una persona quiere decir que su personalidad es arrolladora. Y la de Alexandra debió serlo para conseguir llegar a Tibet cuando estaba cerrado a los extrangeros, convertirse en cantante de ópera en Vietnam y viajar incansablemente por India, Japón y Sikkim.
Para no creer que es posible
Annie “Londonderry” Cohen Kopchovsky recibió 100$ a cambio de que adoptara el nombre de la empresa Londonberry Lithjia y de que este nombre apareciera también en la bicicleta con la que viajaría por el mundo. A su ropa y bicicleta se fueron añadiendo el nombre de otras marcas que ayudaron a Annie a convertirse en la primera mujer en dar la vuelta al mundo en bicicleta. Y lo que hace la azaña aún más increíble es que ¡la bicicleta no tenía cambio de marchas!
Para no atreverse
Mary Kingsley es conocida por ser la primera en adentrarse en algunas regiones del oeste de África. Estaba interesada en las religiones de las sociedades africanas y para saber más sobre ellas, viajó con un buque de carga a ese continente. Exploró desde Sierra Leona hasta Nigeria y, en un segundo viaje, se adentró en la entonces desconocida Gabón.
Para no intentarlo
A Ida Pfeiffer me hubiera encantado conocerla. No porqué fuera más aventurera que las demás, ni haya visitado más países que las otras, sino porqué su biografía y las condiciones con las que viajaba (un presupuesto muy bajo y un equipaje ligero) hacen que este personaje me resulte más cercano. Ida no era hija de un explorador, ni heredera de una gran fortuna. Solo era madre de dos niños y esposa de un abogado hundido en la ruina.
Cuando se separó, decidió hacer un peregrinaje a Israel a través Turquía y a la vuelta publicó un libro que le ayudaría a financiar su próximo viaje a Islandia. Con la venta de las piedras y plantas que recolectó en ese segundo viaje, consiguió financiar parte de su tercera aventura: Una vuelta al mundo. Este viaje le llevó a visitar países como China, India, Iraq y Rusia. Después de una vuelta al mundo, volvió con ganas de emprender un cuarto viaje, esta vez a los Andes. En su quinta y última aventura se adentró en la isla africana de Madagascar.
¿A todas esas mujeres les costó tomar la decisión tanto como me costó a mí? ¿Tuvieron dudas? ¿Les asaltaron todos los miedos de golpe el día antes de partir? ¿El entorno las apoyó o reforzó sus propios miedos para no dejarlas marchar? ¿Cómo se las apañaron para no dejarse llevar por sus miedos si en su época no había blogs de viaje y el mundo aún estaba por descubrir?
La manera en que algunas de estas mujeres fueron criadas puede explicar porqué se atrevieron a lanzarse a la aventura en una época complicada para su género. La infancia de Ida es un ejemplo: Hermana de seis chicos, su padre la crió como si fuera uno más. Practicó deportes al aire libre y ejercitó su fortaleza física e independencia hasta los nueve años, cuando su padre falleció y su madre se ocupó de que su educación fuera más «femenina».
Quizás esa educación normalmente reservada para los niños fue lo que convirtió a Ida en una mujer independiente que se atrevió a desafiar a aquellos que le vaticinaron una muerte segura en su primer viaje. Puede también que debamos plantearnos si hemos superado esa brecha que existía entonces en la educación de niños y niñas si, en el siglo XXI, las viajeras aún seguimos escuchando advertencias sobre cuán peligroso puede ser el mundo para las mujeres que viajan solas.
Pachi dice
Hola Irene, me gusta lo que dices. Y lo comparto. El mundo está lleno de historias salvajes de chica sola, chico solo, chica-chica, chico-chico chico-chica… Y hacer auto stop acompañada no garantiza nada, los ejemplos ya los conocemos. También hay historias salvajes sin moverse de casa ¿Dónde está la seguridad…? A lo mejor viajando lo averiguamos
Quiero conseguir un visado para Camboya. He leído que se pueden obtener al aterrizar allí, pero me surge la duda de que si por algún motivo no me lo dan, menuda papeleta. Por eso iría más segura si lo llevara desde aquí ¿Me podrías ayudar con eso?
Tu blog me parece muy útil. Gracias
Irene Garcia dice
Hola Pachi, sobre visados quien te puede ayudar es la embajada o el consulado. Yo lo conseguí en la frontera. No sé cómo funciona el sistema para conseguirlos fuera del país.
Buen viaje! 🙂
Chana dice
Muy interesante!! No sabia de estas historias, son un mottivo más para inspirarse 🙂
Sgga dice
Wuooo Interesante lo de las mujeres viajeras del siglo XIX, acabo de encontrar este blog leyendo un post de marcando el polo, estás viniendo a América cierto? yo vivo en EEUU, soy de Perú llevo viviendo 10 meses aquí, si pasas por Tennessee acuérdate de mí. Leí que viajas en bicicleta y se me vino a la mente a un Polaco que conocimos mi esposo y yo en Ecuador, en ese entonces él llevaba pocos meses en América del Sur, tocaba música en las calles y eso le ayudaba a solventar su viaje. Yo también quisiera viajar, no estaría yendo sola sin embargo, pero siempre está ese miedo de cómo empezar, qué hacer, y todos los peros que ya te puedes imaginar. Nos vemos buena semana a todos, Felices fiestas 🙂
Irene dice
Hola!
Sí, en marzo vuelo a Nueva York para recorrer el continente de norte a sur. Aún no sé la ruta que haré ni por ls estados voy a pasar, pero espero aclarar todo eso en los próximos meses antes de salir de viajes. Por supuesto, si paso por Tennessee me voy a acordar de ti 🙂
No creo que por América vaya en bicicleta (de momento), puede que al final cambie de opinión, pero por ahora me voy a apañar con mis pies y el autoestop. A ver hasta donde llego jaja
Un abrazo y felices fiestas!
Keren dice
Gracias.
Irene dice
A ti por leer y comentar 🙂
Pelu dice
Hola, ser mujer, no es impedimento para nada. Soy mujer, argentina, he viajado sola por México, Belice, Guatemala, Honduras,Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y volví a casa tras 10 meses de aventuras, con una enorme sonrisa, jamas me paso nada!!! GRACIAS, GRACIAS GRACIAS
!!
irene dice
Uau! Qué gran viaje. Espero poder recorrer esos países pronto y volver también con una graaan sonrisa 🙂
Los viajes de Os (@LamagaOs) dice
Gracias Irene! Por tus palabras tan claras e inspiradoras. Es así, viajar nos ayuda a derribar esos miedos que nos sembraron desde chicas, nos ayuda a conocernos más y saber de qué somos capaces y, lo mejor, nos abre tantas puertas que aquellas enseñanzas de la infancia son reemplazadas por otras más reales. Viajar nos transforma y, al hacerlo, transformamos el mundo que nos rodea.
Ya que vienes a América del Sur te invito a darte un paseo por mi blog (: Este trozo del universo ha sido y es mi primera aventura por el mundo. Saludos y mucha luz para tus caminos.
irene dice
Gracias a ti por pasarte y comentar 🙂 Me apunto tu blog para futuras consultas.
Un abrazo!
Tatiana Villaseca dice
Me encantó! Ser mujer y viajera es una realidad, no un imposible. La gente solo proyecta en una los miedos propios inculcados por la sociedad machista en la que vivimos. Beso viajera!
irene dice
Gracias por pasarte Tatiana. Me alegro que te haya gustado.
Besos!
Itz dice
especialmente interesante este articulo, llevo siguiendo apenas hace poco pues recién inicié mi blog, justamente yo me muevo sola y lo disfruto, vivo en México y aun que no he viajado tanto a otros países siempre me encuentro con lo mismo, las personas encuentran extraño que una mujer no solo viaje sola pero que ella misma lo decida, aun si es solo ir a comer, me encantan tus referencias de mujeres que tuvieron las agallas de ir contra lo convencional, si algún día vienes a México puedes ver mi blog 🙂 tal vez encuentres algún lugar que te guste para visitar 😀
Mucho éxito en tus viajes! Espero más experiencias para leer con ansias 🙂
http://eltzblahblah.wordpress.com
Irene dice
Me alegro de que tú también decidas hacer oídos sordos y disfrutar de la vida aunque sea sin compañía .
Tengo muchísimas ganas de saltar el charco y recorrer América. Te avisaré cuando lo consiga, y sin duda me repasaré tu blog 😉
¡Un abrazo y a seguir disfrurando!
Eira dice
m’encanta!!no puc dir res més!
Maria Pastore dice
Ammalata da tempo, con dolori insopportabili dappertutto e una totale inappetenza, a volte mi domando se devo proprio rimanere qui. Questa idea non mi spaventa… In ogni caso non desidero cambiare la mia esistenza. Mi sono affezionata a questo paese nonostante sia uno dei più desolati e violenti che ci siano. Se dovessi mai abbandonare questa città grigia dalle innumerevoli volte e cupole perduta nell’immensità grigia delle dune sterili, porterei in qualsiasi luogo un’intensa nostalgia per questo angolo di terra perduta nella quale ho tanto meditato e tanto sofferto e dove alla fine ho trovato anche un affetto semplice, ingenuo e profondo, il solo che in questo momento illumina la mia vita triste con un chiarore solare.
Sono qui da troppo tempo e questo paesaggio è troppo coinvolgente – così semplice nelle sue linee monotone – perché il mio attaccamento sia un’illusione passeggera, un’infatuazione estetica. Nessun altro luogo della terra mi ha mai incantato, stregato, come la solitudine commovente del grande oceano inaridito che dalle pianure pietrose di Guémar e ai bassi fondali maledetti dello chott Mel’riri porta al deserto senz’acqua di Sinaoun e di Ghadamès.
Spesso al tramonto, appoggiata al parapetto in rovina della mia terrazza frusta in attesa dell’ora in cui il muezzin più vicino annuncia che il sole è scomparso all’orizzonte e che è terminato il digiuno, mentre contemplo le dune fulve, sanguinanti o violette, o livide sotto il cielo basso e nero dell’inverno sempre più glaciale, mi sento invadere da una grande tristezza, una specie di angoscia oscura. Si direbbe che a quell’ora più che mai, per un risveglio improvviso del mio spirito, io senta l’isolamento profondo di questa città confinata dietro alle dune, a sei giorni dalla ferrovia e dalla vita europea… E mi sembra allora che sotto la volta della notte violacea le dune enormi come animali mostruosi si alzino e si avvicinino a circondare la città e la mia casa, l’ultima del quartiere degli Ouled-Ahmed, per custodirci gelosamente e per sempre.
A volte mi sorprendo a ricordare una frase di Loti: «Amava il suo Senegal, l’infelice…»
Sì, anch’io amo il mio Sahara, di un amore oscuro, misterioso, profondo, inesplicabile, ma reale e indistruttibile. Ora mi sembra persino che non potrei vivere lontano da questo paese del Sud. Vorrei avere la forza di separarmene, di strapparmi da questo coinvolgimento… Ma come trovare la forza di reagire contro la mia stessa natura?»»
ISABELLE EBERHARDT 1877 – 1904
am dice
Personalmente… no creo que el miedo a ser atacadas y/o violadas que tenemos las mujeres sea algo irracional.
Irene dice
Por supuesto que no lo es y no es eso a lo que me refiero. Lo que me parece irracional es pensar que hay más probabilidades de que eso te suceda viajando por ahí que quedándote en casa.
Joan Francesc dice
Moltes felicitats! Un gran treball que serveix per reforçar l’autoestima. La societat encara es molt masclista, tot i que la dona esta ocupant llocs de poder, es un fet cultural. Si el que tu estas fent ens faria por fins i tot a un home, imaginat si qui ho fa es una dona! Aixo nomes ho poden fer canviar dones com les que has exposat al teu post i dones com tu que superes totes les pos que t’hem transmes i ens dones exemple de força.
Cristina dice
M’identifico molt amb aquesta entrada!!! Fa quasi 10 mesos que viatjo tota sola i son tantes les vegades que m’han preguntat: i no et fa por???
Només puc dir que «la por crida la por» i a la mala energia…. per suposat cal ser prudent pero no més del que ho series a la teva propia ciutat!!!
Sentit comu, prudència, actitud receptiva i no deixar-se portar per la por que tan alegrement es fomenta per tot arreu i que ens volen encomanar si o si!!!
Et felicito pel blog!!!
Una abraçada enormeeee,
Cris
Irene dice
Això mateix, no hi ha cap raó per creure que als altres països la gent és més perillosa que al propi. A tot arreu hi ha de tot i espero que continiis troban-te amb més bona que mala gent.
Molta sort i espero que ens tornem a veure!
belilo dice
Muy buena esta entrada. Aunque algunas (parece que) hemos perdido el miedo a viajar solas, todavía nos cuesta pegar el salto.
Irene dice
El miedo lo seguimos tienendo incrustado, pero hay que superarlo 😉
Sergio Rodríguez dice
Me ha gustado mucho esta entrada. Nos hacen creer en el miedo, así es. Especialmente a las mujeres.