Blog de viajes
Lo primero que hay que aprender en fotografía no es cómo manejar la cámara en modo manual sinó las reglas de composición fotográfica. La luz de una foto puede ser perfecta; el ISO, la apertura y la velocidad pueden estar bien ajustados, pero si la composición falla, la foto se viene abajo. La composición nos ayuda a contar una historia. Por ello es importante conocer cuáles son las reglas de composición fotográfica, dominarlas y romperlas si lo creemos necesario.
Para hacer una buena composición tienes que tener claro cuál es el tema de la foto o el centro de interés (es decir, el objeto o lugar que quieres que sea el protagonista de tu imagen). Una vez definido esto podrás trabajar en base a unas reglas básicas de composición fotográfica para dirigir la mirada de quien ve tu foto.
La primera de estas reglas de composición es la regla de los tercios. Entender bien esta regla te ayudará a comprender bien otros tipos de composición fotográfica que te explico en este artículo.
Esta regla consiste en dividir la foto en 3 tercios verticales y horizontales, de forma que queda una cuadrícula con 4 puntos de intersección, llamados «puntos de interés», que actúan de referencia para colocar el protagonista de la foto.
En esta foto se quiere llamar la atención sobre la persona en la montaña, por eso está colocada en uno de los putos de interés inferiores. Si hubiera dos protagonistas en la foto, la solución más óptima sería colocarlos en 2 puntos de interés diferentes, formando una diagonal.
Las cámaras y móviles tienen la opción de añadir las líneas de la regla de los tercios en sus visores y pantallas. Pero la composición de una foto no se hace solamente cuando se toma la foto. También puedes reforzar esta regla básica de composición en el proceso de edición, añadiendo la plantilla con las líneas en tu editor para tomar la decisión de recortar o no un pedazo de la imagen. Según cómo recortes tu fotografía, estarás variando la composición y reforzando el centro de interés.
La regla de los tercios nos lleva a la madre de las leyes de la composición fotográfica: La proporción áurea. Esta regla tiene su origen en la teoría de Leonardo Pisano, un matemático que descubrió un sistema que lleva automáticamente al número Phi y bla bla bla… Como este no es un artículo sobre matemáticas, voy a enfocarme en cómo se aplica esta regla matemática en las imágenes.
Els sistema matemático de Pisano dibujado en un papel tiene la forma de una caracola y esa línea es la que nos ayudará a componer las fotografías. Al tratarse de una proporción matemática, esta caracola se encuentra en muchas formas de la naturaleza e incluso en la arquitectura, es por ello que toda composición que se ajuste a la proporción áurea será armónica por naturaleza y bien recibida por los ojos del espectador.
Con esta caracola podrás tomar decisiones como estas:
La regla de los tercios y la proporción áurea están muy bien para empezar a entender las técnicas de composición fotográfica, pero para darle un toque dinámico a tus fotos, la regla de oro son las diagonales.
Esta técnica se basa en el concepto del punto de fuga, que es el efecto visual según el cual parece que unas líneas paralelas se acercan progresivamente y se juntan hasta unirse en un punto. Normalmente en ese punto se sitúan los objetos más alejados del paisaje o el horizonte, dando así sensación de espacio y profundidad.
La composición fotográfica en diagonales es muy utilizada en las fotografías de ciudades y arquitectura para crear profundidad y dirigir la mirada hacia el protagonista de la foto, que suele situarse en el punto de fuga. Pero esta regla básica de composición de líneas diagonales también puede combinarse con la regla de los tercios y la composición áurea para ayudarnos a tomar la decisión de dónde colocar el horizonte o reforzar la dirección de la mirada del espectador.
Hay muchísimos otros elementos que nos ayudan a tomar decisiones en el momento de componer y encuadrar una fotografía (los contrastes, la luz, la simetría dinámica, las repeticiones, los colores, etc.), pero estas 3 reglas básicas que te acabo de explicar son las madres de todas ellas. Dominando los tipos de composición fotográfica que he mencionado puedes empezar a entender y experimentar con el resto de estrategias que te explico a continuación:
Las líneas se encuentran de forma natural en los paisajes y ciudades, y son un buen recurso compositivo para nuestras fotografías. Con la composición de líneas podemos generar dinamismo y guiar la mirada en el objeto de interés de nuestras fotos, como ocurre en este par de fotos.
Cuando fotografiamos un objeto que se repite de forma constante, como si fuera un patrón, puede generar un efecto de armonía en el espectador, pero si además incluimos algún objeto que interrumpa ese patrón, se produce una llamada de atención automática hacia ese objeto. Es ahí cuando esas repeticiones nos ayudan a centrar el interés en nuestras fotografías.
Uno de los tipos de composición en fotografía que tiene efectos muy creativos es el color. Si sabemos manejar los contrastes entre colores fríos y cálidos, y aprendemos a combinar los colores de forma inteligente, estos nos pueden ayudar a contar una historia y a componer las fotos de forma original.
La regla de los 3 funciona de forma similar a las repeticiones. Se trata de encontrar un patrón en la naturaleza o en el paisaje pero que se repita solamente 3 veces: Pueden ser árboles, grupos de colores, formas geométricas, ventanas, puertas, sombras… Lo que se te ocurra.
El hecho de que sean 3 objetos casi idénticos le da un equilibrio natural a la fotografía y refuerza todavía más el sujeto de la imagen.
El espacio juega un papel fundamental en la composición de una fotografía. En este caso se le llama espacio negativo porque no tiene contenido. Por ejemplo, si tenemos un sujeto envuelto en un espacio en el que ocurren cosas (hay nubes, pájaros, olas, montañas, etc.), eso se denomina espacio positivo porque nos está dando información; añade contexto a la fotografía. En cambio, el espacio negativo no añade contexto. Solo tiene una función compositiva que ayuda a equilibrar el encuadre.
Una de las normas de composición fotográfica que siempre funciona es el de enmarcar el sujeto. Así como un marco físico y real ayuda a poner límites y resaltar una obra de arte, un marco natural también te ayudará a destacar el centro de interés. Si encuentras una forma de encajar el objeto que quieres fotografiar entre unas hojas, un puente, una ventana, etc. habrás encontrado una forma fácil y directa de llamar la atención sobre ese objeto.
Las curvas son una delas técnicas de composición fotográfica más efectivas para generar efecto de movimiento. Situar el objeto sobre una curva te ayuda a encuadrar la mirada del espectador sobre ese objeto; pero una curva por si sola ya constituye un elemento potente en una fotografía. Como en la técnica de las líneas y las diagonales, las curvas dirigen la mirada del espectador y añaden un efecto dinámico a la foto.
Sigue viajando en: