AVI International: Opiniones y experiencia personal viajando en Colombia

Durante mi viaje por América mi ciclo menstrual se alteró. La regla se saltó dos visitas y como ya me había pasado en Asia, no me preocupé demasiado. Parece ser que mi cuerpo reacciona de esta manera cuando lo someto a muchos cambios de alimentación y clima en poco tiempo. De todos modos, pensé que lo más prudente sería visitar a un especialista para descartar cualquier problema.

Contacté al servicio de atención al cliente de Avi a través de email y al día siguiente me recomendaron que me desplazara hasta Bogotá para ser atendida por alguno de los especialistas con los que tenían convenio. Me encontraba en San Gil y eso significaba un día de viaje y reorganizar mi ruta por Colombia, por lo que insistí en la posibilidad de visitarme en el hospital de San Gil.

No me respondieron.

Como los próximos días la ruta por Colombia se adentraba en zonas rurales y me sería más difícil visitar una ginecóloga, decidí hacer una visita al hospital de San Gil. 

En la recepción del hospital facilité los datos y documentos de mi seguro de viajes de Avi International y les pregunté si podían contactarse con ellos para acordar una visita en ginecología. Llamaron al teléfono indicado en la póliza y no recibieron respuesta. Me comentaron que podía pagar la visita y luego reclamar los gastos a mi aseguradora, pero no me podían ofrecer una fecha hasta la próxima semana ya que el servicio de ginecología estaba bastante colapsado.

Les comenté que en dos días me tenía que ir de San Gil y muy amablemente me dieron una última opción: Preguntar directamente a la ginecóloga si hoy tenía un hueco para mí.

Acompañé a la enfermera por todo el hospital hasta una sala llena de mujeres embarazadas y otras con sus bebés recién nacidos en sus brazos. La mujer golpeó la puerta y la abrió sin esperar respuesta. Dentro se encontraba una señora con gafas atendiendo a una paciente que por suerte estaba vestida.

– ¿Tiene alguna hora libre hoy para atender a la señorita?

La doctora negó con la cabeza y dejó bien claro que estaba colapsada por todo el trabajo que tenía que atender esa semana.

Me fui al hostal sin una visita con la ginecóloga y sin ninguna idea de dónde podría visitarme fuera de Bogotá. Miré el email buscando un poquito de ayuda, pero seguía sin respuesta del seguro.

Continué el viaje y la menstruación volvió a regularse con el paso de los días, así que decidí dejar a un lado mis preocupaciones y ya pediría hora a mi ginecólogo cuando volviera a casa.